Históricamente España no ha sido un gran productor de caviar, con la excepción de la zona del Guadalquivir. El esturión del Mediterráneo subía este río para desovar y era a menudo capturado por pescadores que hacían salazón con las huevas. Una comida modesta que sustituía a los mejores cortes del pescado que reservaban para poder venderlos.
Pero con el paso del tiempo la sobrepesca del esturión del Guadalquivir, así como la contaminación del río, hicieron que este pez desapareciera de nuestro territorio. La pequeña producción de caviar autóctono desaparecía de este modo a mediados del siglo pasado.
Pero hoy vuelve a existir esta variedad de esturión en España. Eso sí, ya no remonta el Guadalquivir como antaño, sino que es uno de los tipos de esturión que se cultivan en las piscifactorías de nuestro país, que ha sido uno de los pioneros en criar en cautividad a este pez para poder extraerle las huevas y comercializar el sabroso y valorados caviar.
Nada parecía indicar que España pudiera entrar en las listas de principales productores de caviar, pero hoy es así y las huevas procedentes del cultivo ecológico son muy valoradas por su altísima calidad.
Disfrutar de un producto así es mucho más fácil ya que los gastos de envío no tienen nada que ver. Estamos hablando de algo que se envía desde el propio país y que no tiene que pasar por fronteras o incluso hasta aduanas, incrementando enormemente su precio debido a transporte y aranceles que se pagan.
Por eso no siempre lo más caro es lo mejor, una máxima que hay que tener en cuenta sin olvidar tampoco que si es demasiado barato para ser caviar, seguramente no lo sea y te estén vendiendo otras huevas que pueden tener su punto y su público, pero que no son caviar.
Uno de los puntos fuertes de este producto es que al cultivarse en piscifactorías su precio es ahora más bajo. No podríamos decir que el caviar es barato, pero está lejos de las cifras astronómicas que se barajan por algunas variedades salvajes. Por eso se dice que, aunque sea solo para ocasiones, ahora el caviar podría formar parte de cualquier mesa.
Las pequeñas latas en las que se comercializa, algunas de ellas de tan solo treinta gramos de producto y con un precio inferior a los cien euros, hacen que cualquiera pueda probar el caviar y no tenga que quedarse con las ganas de descubrir qué es eso que seduce a tanta gente.
España, país productor de caviar
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