Son cientos de miles las oficinas y centros de trabajo que pueblan la geografía española, y en todas ellas se hace necesaria la presencia de una serie de productos y materiales. ¿Cuáles son los más importantes?
Determinados materiales de oficina, como los archivadores con anillas, las carpetas de diverso tamaño, las herramientas de escritura y otros consumos, desempañan un rol capital en estos entornos. La necesidad de procesar y clasificar documentos y folios de manera ordenada convierte estos productos en un aliado esencial.
De mayor tamaño, aunque igual de necesario, es el mobiliario adaptado para las necesidades de la oficina. Los escritorios, biombos y separadores, mesas de juntas, mostradores de recepción o cajoneras y archivadores metálicos son muebles que pueden faltar en ningún centro de trabajo.
Especial atención merece la sillería utilizada en la oficina. Gran parte de las profesiones actuales son sedentarias, lo que significa que los empleados pasan sentados las tres cuartas partes de su tiempo. Por ello, las sillas ergonómicas y confortables son una inversión de futuro, y se recomienda hacerlo en aquellas diseñadas en forma de ‘S’, para favorecer el descanso del área lumbar de la espalda, con antebrazos regulables.
Respecto a la iluminación, se ha demostrado que una mala combinación de luces naturales y artificiales aumenta los problemas de fatiga, dolor de cabeza y baja productividad en los recursos humanos. Por consiguiente, aunque los focos y lámparas de luz no puedan considerarse ‘material de oficina’, no deberían quedar fuera del presupuesto destinado a equipar estos espacios.
Por otra parte, determinados periféricos y equipos informáticos son necesarios para el desarrollo de la ‘vida’ en la oficina, dejando a un lado los ordenadores y routers de conexión a Internet. Son también importantes las impresoras con escáner, dispensadores de agua y máquinas de café, escáneres de código de barras o sistemas de baterías SAI, entre otros.