Si tienes un patio y quieres que recupere su bonito aspecto de cuando era nuevo, seguramente solo necesites para ello pintarlo. Pero antes de hacerlo, debes de prepararlo para que la pintura quede lo mejor posible.
Lo primero que tienes que hacer es limpiar a fondo tu patio, ya que seguramente tenga manchas y suciedad al estar en el exterior. Una vez que está limpio, te tocará rascar la pintura vieja. Esto es importante ya que, si no lo haces, puede levantarse y levantar también la nueva. Además, en los espacios en los que la pintura ya esté levantada y se haya ido, se notará el hueco.
Hecho esto te tocará preparar el suelo antes de la pintura con una imprimación. Esta tendrá que ser especial para el material del que sea el suelo: cemento, madera, baldosa pintada… Elige una imprimación que ayude a que el suelo se impermeabilice. Una vez aplicada según las instrucciones del fabricante y seca, el suelo estará listo para ser pintado.
Necesitarás pintura para suelos especial. La hay con diferentes niveles de resistencia según el tránsito que vaya a tener ese suelo, siempre es mejor comprar una para suelos transitados. Una vez que hayas elegido el tipo de pintura y el color, te tocará aplicarla con un rodillo especial. Es importante que nadie pise el suelo hasta que no esté totalmente seco. Tal vez tengas que aplicar más de una capa para conseguir un excelente resultado.
Una vez que el suelo tiene la capa de pintura, ya estará listo para ser utilizado y para disfrutar del patio durante mucho tiempo. Cuanta mayor sea la calidad de los productos utilizados y mejor se hayan aplicado, más tiempo tendremos un patio bonito y con apariencia de nuevo. Pero también es importante cuidarlo no arrastrando por él muebles u otros objetos que puedan rozarlo y dañarlo.
Una vez que has pintado tu patio aprovecha para darle un nuevo aire renovando los muebles y redecorando el espacio para que se haga mucho más agradable el pasar tiempo en el mismo. Si quieres usarlo durante más tiempo a lo largo del año, puedes instalar una chimenea de exterior, que son como braseros alrededor de los cuales se ponen los sofás y sillones de exterior. Si el patio es descubierto, una pérgola que lo cubra puede marcar la diferencia para usarlo más veces en invierno.