El mantenimiento de muebles terraza pequeña se enfrenta con distintas amenazas: el polvo, la humedad, la oxidación, la radiación solar, etcétera. Materiales como la madera, el hierro o el polietileno son vulnerables a su acción, y la mejor forma de preservarlos es darles una limpieza adecuada con regularidad.
El polvo y los hongos son agentes destructores de la madera, y por tanto el mobiliario exterior de pino, cedro, teca o roble merecen las mayores atenciones y cuidados. Su limpieza debe realizarse con agua jabonosa, frotando en las zonas oscurecidas por el moho y secando todas las superficies. Después, una capa de barniz o de cera de abeja ayudará a conservar estos muebles durante más tiempo.
Si está instalado cerca de una barbacoa o se utiliza con fines gastronómicos (una mesa, por ejemplo), el mueble tiende a acumular grasa, desagradable al tacto y a la vista. Para eliminarla, basta aplicar una solución de agua caliente con vinagre blanco.
En jardines y terrazas también es común el uso de muebles de plástico, material versátil, económico y funcional que se resiente más que otros a la intemperie. Para conservar su color en óptimas condiciones, es recomendable aplicar una mezcla de agua, jabón y vinagre blanco
La suciedad y el polvo también hacen mella en materiales sintéticos como el plástico. Las sillas y mesas de polietileno experimentan un deterioro acelerado a la intemperie, y los fabricados en colores claros tienden a oscurecerse.
Evitar que pierdan su lustre es posible frotando con una esponja humedecida en agua y jabón. También será bienvenida la cera de abeja, eficaz para abrillantar superficies de plástico.
El hierro y otros metales pueden echarse a perder rápidamente debido al óxido, causado por la lluvia y la humedad ambiental. Por ello, si la limpieza diaria —con una esponja y detergente líquido— desgasta la capa de pintura con el paso del tiempo, debe renovarse con la mayor brevedad.