Da igual en el ámbito en el que trabajes, la empatía siempre será uno de los mejores valores a aplicar en cualquier entorno laboral. Pero si, además, tratas con la salud de las personas, esa capacidad para empatizar será todavía más decisiva. La diferencia entre un profesional que sabe entender a sus pacientes y otro que solo piensa en terminar el trabajo, también marca la diferencia del bienestar del paciente. Porque se puede ser muy buen profesional de la medicina, pero al final se trata de personas, y hay que saber entenderlas, y hay que saber explicar las cosas para que se entiendan.
Cuando empecé a buscar una clínica en la que hacerme la deseada liposucción muslos pasé por alguna experiencia un poco regular. Acudí a ver a un especialista que me habían recomendado y que tenía mucho éxito. Pero cuando llegué allí me encontré con que apenas pude hablar con el cirujano que delegó en otras personas. Entiendo que son profesionales con mucho trabajo, pero es imprescindible, en mi opinión, que la paciente conozca a la persona que la va operar, aunque se trate de una cuestión estética.
No dudo de que se trate de un excelente profesional, pero yo necesito un poco más de calidez, sentir que no soy otro número más en la extensa carrera de un cirujano. Por eso, seguí buscando otra clínica para hacerme la liposucción muslos. Porque tenía claro que lo quería hacer. Sería la segunda vez que me hacía un retoque estético y en la primera quedé muy contenta, así que por ese lado no había problema.
Finalmente, acudí a otro centro también con buenas críticas, pero en el que me trataron de una manera bien distinta. Lo primero es que el cirujano sí me atendió directamente. Creo que es la forma adecuada para que la paciente se sienta protegida y a gusto: que sepa desde el primer momento quién es el responsable de la operación. Y fue así como me decidí apostar por este profesional. Y por eso tengo claro que, en este sector, no solo se trata de experiencia y fama, sino también de empatía.