El otro día mi mujer y yo fuimos a comer a un restaurante indio. Desde que somos padres lo de salir a comer los dos solos se ha vuelto extremadamente complicado. No nos gusta dejar al niño al cuidado de otra persona y la familia la tenemos lejos. También podríamos salir a comer con el niño, pero es pequeño y no aguanta una hora sentado en un restaurante ni loco. Pero esta vez los padres de mi mujer se acercaron por casa unos días y pudimos pasar un rato solos.
En la zona del restaurante indio han abierto nuevos locales. Como casi no salimos de casa ni nos habíamos dado cuenta. Uno de ellos es un concepto nuevo que mezcla diferentes tipos de comida, pero siempre apostando por lo fresco y ecológico. Hasta los cafés los hacen con Leche Entera certificada. Antes de entrar a comer nos pasamos por allí a echar un ojo y hasta nos apeteció comer allí mismo pero ya teníamos reserva en el otro lado. Nos dijimos que para la próxima vez comíamos allí… o sea dentro de tres meses cuando vuelvan los padres de mi mujer.
Lo curioso es que no es el único restaurante de esa cadena en el barrio. En un barrio tipo dormitorio como el nuestro en el que no abundan precisamente los comercios me resulta muy curioso que hayan abierto dos franquicias tan cerca. Se trata sin duda de una apuesta fuerte. Es verdad que el día que fuimos nosotros tenía bastante gente, pero habrá que ver.
No sé cómo estará la comida pero parece un concepto original. La base suele ser el arroz al que se añaden diferente toppings como pasa con los helados. La mayoría de alimentos cuentan con certificación ecológica y apenas se vende ningún producto de origen animal aunque no es totalmente vegano. Pero hasta tienen Leche Entera certificada, como he dicho. Obviamente no es un menú barato, ya se sabe que los productos certificados ecológicos tienen un coste superior, pero la gente del barrio parece que lo ha recibido bastante bien.