Hipotecas, préstamos, créditos, microcréditos, etcétera: las deudas son una amenaza para la economía personal, y aunque el Banco de España recomienda situarlas por debajo del 35% de los ingresos, instrumentos como las tarjetas revolving pueden disparar este porcentaje. Por suerte para los afectados, reducir o cancelar una deuda al completo es posible gracias a mecanismos legales como la ley segunda oportunidad Vigo.
El objetivo de la Ley de Segunda Oportunidad (LSO) es facilitar la condonación de cargas financieras de hasta diez mil euros con la Agencia Tributaria y esa misma cantidad con la Seguridad Social. Este trámite está dirigido a personas físicas en situación de insolvencia que hayan obrado de buena fe, con más de un acreedor y sin historial de delitos socioeconómicos.
Este procedimiento beneficia al deudor de varias formas: suspende los embargos en curso, permite la conservación de bienes personales, etcétera. De ahí que sea un recurso de creciente popularidad, aunque los despachos de abogados recomienden estudiar otras opciones, como la renegociación de deudas.
Este mecanismo consiste en modificar las condiciones del préstamo o crédito y acordar otras nuevas (plazos, cuantía de las mensualidades, etc.) que sean más favorables para el prestatario. Es importante puntualizar que una renegociación es diferente a una refinanciación de la deuda, que implica la solicitud de un nuevo préstamo para saldar el anterior impagado.
Por su parte, el acuerdo voluntario de condonación es un proceso jurídico por el cual se extingue parte o toda la deuda contraída por el usuario. Para disfrutar de esta cancelación, es necesario que confluyan una serie de condiciones, como la compensación de las cargas o la pérdida de la cosa debida.
Otra forma de minimizar o dar por terminada una deuda es la entrega de bienes inmuebles al acreedor o acreedores. Pese a sus ventajas, este recurso, conocido formalmente como dación en pago, afecta tanto al patrimonio como al historial crediticio del afectado.