Siempre me he quejado de la influencia de la cultura estadounidense en todo el mundo y en todos los órdenes de la vida, desde la política, al entretenimiento o al idioma. Pero he de confesar que yo también he caído en las redes de su cultura.
Recuerdo que hablando con un amigo una vez sobre este tema yo dije que no estaba para nada influido por Estados Unidos, a lo que él respondió con una buena pregunta: ¿sabéis como se llama el Primer Ministro de Portugal? Lo que quería decir mi amigo es que todo el mundo sabía quién gobierna en Estados Unidos pero pocos saben qué pasa aquí lado. Y tenía razón.
Ahora yo siempre me fijo en cómo se llama el primer ministro del país vecino, pero sigue atrayéndome también la cultura de Estados Unidos. Y una de las cosas que siempre me han gustado mucho del país de las barras y estrellas son sus coches, algunos de estilo inconfundible. Me encantan los 4×4, por ejemplo, y el Ford Ranger es una auténtica pasada. He estado mirando Coches ford de segunda mano en lugo para comprobar precios, porque un Ranger nuevo tal vez no esté a mi alcance.
Es verdad que hay bastantes conductores que tienen 4×4 y no lo aprovechan. Está claro que por ciudad no tiene mucho sentido ir con un vehículo con tracción a las cuatro ruedas. Pero en mi caso me vendría muy bien para usarlo en la casa que tenemos en el pueblo, a la cual tal vez me mude tarde o temprano. Si no fuera por eso, no me plantearía un Ranger.
Si fuera un poco millonario, cosa que por supuesto no soy, y solo fuera para conducir por carreteras bien asfaltaditas, me iría al Ford GT. Y si no, un Ford Mustang, todo un clasicazo donde los haya que vuelve a estar de moda también en España. También he mirado Coches ford de segunda mano en lugo para ver si el Mustang es asequible. Y sí que podría comprar uno de esos. Pero para meter el coche por caminos de tierra y de piedra, mejor el Ranger… Si es que Estados Unidos también ha conquistado mi subconsciente, hasta con sus coches.