Todo esto del confinamiento obligado nos ha chafado un poco los planes que teníamos para poder tener el barco listo para este verano. Durante el mes de abril ya teníamos planificado cómo íbamos a hacer para hacer las reparaciones que necesitamos para que podamos bajar el barco al agua lo antes posible, menos mal que este año el barco necesita muchas menos reparaciones que las que tuvimos que hacer el año pasado. El año pasado tuvimos que hacer un montón de reparaciones y nos llevó bastante tiempo pero teníamos la suerte de que disponíamos de una nave donde poder hacer las reparaciones a nuestro ritmo. Este año ya no disponemos de la nave y nos han dicho que donde lo tenemos guardado solamente nos dejarían entrar unos pocos días para hacer lo que tengamos que hacer. Este año ya no tenemos que lijar el casco y darle la pintura especial que tiene que llevar, el dueño del barco me ha comentado que la pintura que le pusimos el año pasado está como si la hubiésemos pintado ayer, pero también me ha dicho que con una mano más de pintura sería más que suficiente para poder usar el barco este año. Otra de las mejoras que le vamos a hacer este año es cambiar el suelo de dentro del barco, porque el año pasado lo pintamos y cuando teníamos los pies mojados había que tener mucho cuidado porque resbalaba bastante, por fortuna no nos caímos ninguno.
Pero por desgracia hasta el año que viene no vamos a poder hacer la mayor mejora que teníamos pensado hacerle al barco este año que era cambiarle el parabrisas, ya que cuando mi amigo compró el barco ya no es que estuviese demasiado bien. Por lo menos ahora tenemos tiempo para buscar una carpintería de aluminios en vigo para que nos haga un parabrisas nuevo que nos haga la función correctamente.
Menos mal que ya estamos viendo la luz al final del túnel de este confinamiento y muy pronto vamos a poder disfrutar del barco otra vez como llevamos haciendo desde hace unos pocos años.