Hace años, tener un lavavajillas en casa me parecía totalmente prescindible: como un objeto de lujo solo para personas que lo quieren todo. Claro, todo eso fue antes de tener hijos. La ecuación es muy sencilla: a más personas en casa, menos tiempo y más platos sucios. Y es ahí donde entra el lavavajillas, mi nuevo electrodoméstico favorito. Puedo decir que ahora ya no podría vivir sin él. O al menos, que no me imagino lavando mil platos al día.
En casa, yo me suelo encargar del ‘apartado técnico’: todo lo que tenga que ver con los electrodomésticos, de forma que si hay que comprar algo, lo hago yo… y si algo se estropea me toca a mí buscar solución. Nuestro viejo lavavajillas dejó de funcionar y tuve que buscar una nuevo. Miré Ofertas Lavavajillas integrables baratos para ver qué podía comprar.
Se daba la circunstancia de que el viejo lavavajillas era pequeño y realmente no se integraba bien en la cocina. Había sido un regalo y no se habían tomado medidas. Pero bueno, a caballo regalado… El caso es que después necesitamos un lavavajillas con mayor capacidad. Con dos niños se necesita más capacidad… Pero además necesitábamos que se integrase bien en la cocina: que no fuera demasiado grande a pesar de su capacidad.
En cuanto a las funciones, los lavavajillas no son productos tan complejos como otros electrodomésticos aunque sí es cierto que últimamente tratan de ofrecer también diferentes programas como si fuesen lavadoras para adaptarse a diferentes tipos de lavado. Y también intentan ofrecer al menos un programa ECO, de esos que ahorran energía y agua.
Tras cerciorarme bien de las Ofertas Lavavajillas integrables baratos me decidí por un lavavajillas de nivel medio de marca reconocida que incluía 6 programas diferentes de lavado. Pero, sobre todo, con buen precio, ya que no estamos para tirar el dinero, y que se integrara bien en la cocina, por lo que tuve mucho cuidado a la hora de tomar medidas. Y tan contentos desde entonces, el lavavajillas se ha convertido en nuestro nuevo electrodoméstico preferido.