Es la segunda vez que me hago un retoque estético: primero fue la nariz que, en realidad, también se debía a un problema de salud, y ahora ha sido una liposucción. Muchas amigas me han preguntado por mi experiencia y algunas personas que me sigue por redes también, así que me he decidido a explicar brevemente cómo lo viví desde el principio hasta el final.
Pero prefiero empezar por el final que es lo que muchas quieren saber, así os ahorro el salto de varios párrafos. Mi experiencia ha sido totalmente positiva en cuanto a su resultado: aunque no fue todo un camino de rosas, no me arrepiento, ahora me siento mucho mejor conmigo mismo. La liposucción caderas ha servido para mirarme al espejo y sentirme más guapa. Y la gente nota cuando alguien se siente mejor consigo misma.
Y, ahora, al principio. ¿Por qué decidí hacer una liposucción? Tengo buena relación con el cirujano que me operó de la nariz y ya le había comentado lo de mis cartucheras. Él es un tipo muy profesional, pero también muy sincero. Me dijo que una liposucción ayudaría pero que no se consigue el cuerpo de las influencers de Instagram. Me reí porque yo también soy un poco influencer.
Desde luego, yo no pretendo ser ninguna modelo, pero estaba cansada de no poder lucir bien con determinados vestidos y temblar cada vez que llegaba la ‘operación bikini’. Así que tras informarme bien decidí hacer la liposucción caderas. Debo decir que en la operación fue todo bien aunque el postoperatorio fue un poco duro, sobre todo al principio.
Me trataron estupendamente en la clínica hasta aquel día en que me enojé (de forma un tanto injusta) porque estaba cansada del dolor. Pero una lipo es lo es que es: es una operación sencilla, pero es una operación. No obstante, tras un mes, el dolor fue solo un recuerdo y empecé anotar mi cuerpo moldeado. No tengo el cuerpo de una modelo, pero me acerco mucho más y puedo lucir tal y como me gusta. Y los chicos lo notan cuando voy a alguna fiesta, que todo hay que decirlo.